miércoles, 2 de septiembre de 2015

No te sientas vencido

No te des por vencido, ni aún vencido,
no te sientas esclavo, ni aún esclavo;
trémulo de pavor, muestrate bravo,
y acomete feroz, ya mal herido.
Ten el tesón del clavo enmohecido
que ya viejo y ruin, vuelve a ser clavo;
no la cobarde estupidez del pavo
que amaina su plumaje al primer ruido.














Haz como Dios que nunca llora;

o como el Diablo, que nunca reza;
o como el robledal, cuya grandeza
necesita del agua, y no la implora...
Que ruja vengadora,
cuando ruede por el suelo, tu cabeza!

Los que viertan sus lágrimas amantes
sobre las penas que no son sus penas;
los que olvidan el son de sus cadenas
para limar las de los otros antes;
los que van por el mundo delirantes
repartiendo su amor a manos llenas,
caen, bajo el peso de sus obras buenas,
sucios, enfermos, trágicos, sobrantes.
¡Ah! Nunca quieras remediar entuertos;
nunca sigas impulsos compasivos;
ten los garfios del odio siempre activos
y los ojos del juez siempre despiertos...
y al echarte en la caja de los muertos,
menosprecia los llantos de los vivos!

No hay comentarios: