JUVENTUD, GIOVENTU, JEUNESSE, JUGEND, YOUTH

Juventud divino tesoro...

Una juventud hedonista, inculta, materialista, vaga, cobarde, deambula por nuestras calles como preludio del Armagedon que se avecina. Porque si esto es nuestro tesoro, nuestro futuro, vamos hacia la caída libre.

Calcados a los estereotipos, deambulan hablando sandeces, drogados para realizarse, faltos de espíritu, con sus pantalones colgando como si fuesen del harlen y sus gorras beisboleras, argggggg "...ve con tu uniforme y con tu mente deforme, moda..." (La polla records).

Donde esta la juventud, la de verdad. No la juventud de la edad. La juventud vitalista que canta el amor al peligro, el habito de la energía y la temeridad. La JUVENTUD en mayúsculas. ¿Donde esta?

Las sanas tradiciones se pierden y no esta de mas recordar aquellos tiempos en los que la juventud era un divino tesoro:

"Con siete años el pequeño espartano le decía adiós a su mamá y pasaba a ingresar al Cosmos. Según nos cuenta Plutarco, los padres de un niño poco tenían para decidir en cuanto a su educación más allá de los siete años. Hasta ese momento las madres espartanas lo habían educado para ser sano, equilibrado y valiente. A veces, lo bañaban en vino porque creían que las criaturas enfermizas o epilépticas morían con el tratamiento mientras que las sanas se fortalecían. A las criaturas no se les ponían pañales. Se las educaba para comer lo que hubiere; se las dejaba a oscuras para que perdiesen el miedo a la oscuridad y a solas para acostumbrarlas a valerse por si mismas. Las madres espartanas, ciertamente, no eran sobreprotectoras. Freud, en Esparta, probablemente se hubiera muerto de hambre.

Ya al nacer, el niño espartano era llevado a un lugar llamado lesje. Allí, los ancianos de su estirpe examinaban a la criatura y, si la hallaban apta, podía volver con su madre. En caso contrario, se la dejaba en la apothete - un acantilado del Monte Taigeto - para que muriese porque, como relata Plutarco, los espartanos eran de la opinión que "..dejar con vida a un ser que no fuese sano y fuerte desde el principio, no resulta beneficioso ni para el Estado ni para el individuo mismo".

Jack y yo ya no somos jovenes por edad. Nuestros trabajos nos absorben, las relaciones sociales nos marcan las pautas de nuestro comportamiento. Cuando me mamo y desfaso al ritmo del rock'n'roll mis coetáneos me miran con desprecio y me señalan con el dedo. "A su edad y sigue asi". Mientras Jack aun duda y piensa en Marla. Yo intento entrar a la divorciada de turno que espera el príncipe de chequera en blanco (que no caballo) que la salve del dragón que vive en mi aliento cervecero.
Y rememoro la fuerza del ímpetu juvenil cuando regalabas flores a una desconocida (eso es impulso...desodorante) y teníamos simpatía por los Stones, si esos viejos decrépitos que dicen ser jóvenes...

Lo único que me salva de convertirme en otro burgués de mediana edad es la fuerza de las palabras que se convierten en hechos. Reclamo Esparta.
Me llamáis inconsciente por reclamar rebeldía mientras vendo jabón. Reclamo Esparta.
Me insultáis desde vuestro aletargamiento por que creo en la imperiosa necesidad de conservarme joven.

“La juventud no es un período de la vida, sino un estado de espíritu, una victoria del coraje sobre la timidez, del gusto de la aventura sobre el amor a la comodidad.

Uno no se vuelve viejo, por haber vivido un gran número de años, sino por haber desertado de un ideal. Los años arrugan la piel pero renunciar al ideal arruga el alma. Joven es aquel que se sorprende y se maravilla. Es el que desafía los acontecimientos y encuentra su alegría en el juego de la vida. Tú eres tan joven como tu confianza en ti mismo. Tan joven como tu esperanza. Tan viejo como tu desánimo.

Te mantendrás joven mientras te mantengas receptivo a lo que es bello, bueno y grande. Receptivo a los mensajes de la naturaleza, y del infinito. Si algún día tu corazón es mordido por el pesimismo y roído por el cinismo, pueda Dios tener piedad de tu alma de viejo”.

General Douglas McArthur